Sergio de Carabias

Sergio de Carabias

miércoles, 2 de octubre de 2013

"Cabrera, el Mediterráneo de Ulises...



... a una hora de Palma" así es como se refería el gran Félix Rodríguez de la Fuente a la maravillosa isla que tuve la suerte de habitar las dos primeras semanas del pasado mes de septiembre como voluntario de SEO/birdlife en una campaña de anillamiento científico.

     Disfrutar de los grandes tesoros que nos brinda la naturaleza, como es el archipiélago de Cabrera, es un privilegio que, en muchas ocasiones, no está al alcande de todos. Así ocurre en esta isla, en la que el número de visitantes al día está restrigindo y es imposible pernoctar en tierra para los turistas. Yo tuve el privilegio de poder pasear por sus senderos, respirar su aire y bucear en sus aguas...  todo ello me obliga a querer este pequeño archipiélago y dar a conocerlo ahora entre los míos...


"La barca, con el sonido pausado de su motor, entra en las plácidas aguas del puerto de Cabrera.
 Hay una calma inmensa, canicular, remota en esta bahía solitaria y deslumbrante.
El mar espejea. Las aguas tienen un color verde claro de una transparencia fantástica..."




     Encaramado a la cima de un cerro peñascoso en la entrada del puerto, se erige el castillo de Cabrera como guarda y vigía de la isla. Fue construido a finales del siglo XIV, con la finalidad de defender a la población, evitar su uso como base de los corsarios norteafricanos contra Mallorca y dar noticia a las poblaciones costeras del levante mallorquín de la presencia de naves piratas mediante señales de humo y fuego.




     A pesar de los esfuerzos humanos y económicos que  invirtieron las autoridades mallorquinas y los señores de Cabrera en la fortificación de la isla, durante el  siglo XVI los ataques contra ésta fueron muchos y continuados, de entre los cuales los más conocidos son los de Barbarroja de 1531y el de Dragut de 1550. Estas razias siempre terminaban con el secuestro de la guarnición y la destrucción del castillo, lo que hacía inútiles sus reconstrucciones posteriores... Con muchas modificaciones, ha conseguido llegar a nuestros días.





     Sin embargo, la Quinta Isla Balear ha sido habitada ya desde tiempos antiquísimos. Como recuerdo de aquellos primeros pobladores descansan en el fondo de su bahía varias embarcaciones púnicas y romanas, algunas atestadas de ánforas, que nunca llegaron a puerto...



Reproducción de una expedición subacuática a la embarcación Cabrera III



     También se tiene constancia de un monasterio de época bizantina-paleocristiana regentado por unos monjes un poco indisciplanos a los que el mismo Papa Gregorio Magno en el año 603 se refiere de esta guisa:

"Porque nos ha llegado la noticia que los monjes del monasterio que se encuentra en la isla de Capria, situada cerca de Maiorca, que es también una isla, actúan de forma tan perversa y han sometido sus vidas a diversos crímenes, que manifestamos que, más que servir a Dios, luchan, y lo decimos llorando, a favor del antiguo enemigo..."



     De época mucho más reciente, del año 1868, se halla el Faro de N´Ensiola que por las noches juega a ser estrella.






     En el paisaje geológico dominan los acantilados que presentan una gama muy variada de modelados: grutas, cuevas, arcos de abrasión... El conjunto forma un escenario perfecto para sentir como cierta aquella frase del libro Cabrera Mágica: "la naturaleza es una ciudad mágica petrificada".


Con su caprichosa forma, este arco bien parece la testuz de una gigante tortuga que, en su sueño de milenios,
le han crecido hasta verdes pinos en su caparazón...



Sendero que lleva al faro.




     Una de las comunidades naturales más valiosas del Parque Nacional es la formada por la Posidonia oceanica, una planta con flores que vive en el mar. Se trata de una de las pocas fanerógamas marinas que existen y es endémica del Mediterráneo. Crece encima de arenales cercanos a la costa, desde casi la superficie hasta los treinta y cinco metros de profundidad. Este dato es un reflejo de la excepcional transparencia de las aguas de Cabrera.




Abundan las calas de límpidas aguas gracias a los efectos de la Posidonia.
Sin embargo, la naturaleza no tiene remedio frente a la gran cantidad de residuos que todavía llegan a la costa.




     La vegetación está formada por especies típicamente mediterráneas, entre las cuales existe un número destacable de endemismos. El carrascal puede ser de dos tipos diferentes. Sobre los sustratos más rocallosos, está formado principalmente por acebuche y lentisco, y en menos grado por sabina.  Sobre sustratos blandos y erosionados, por el contrario, la vegetación es más baja, formada por romero, bruguera y estepa morisca, con una cubierta de pinar (Pinus halepensis) en grado de desarrollo variable que celebra el exterminio de la introducida cabra doméstica. No hay que olvidar que Cabrera le debe su  nombre al uso ganadero que se le dio hasta hace pocos años...






 
El anillo litoral está formado por pequeños arbustos,
en los que destacan sus formas almohadilladas y pinchudas,
 capaces de soportar los aerosoles de agua marina.

El Boj balearica que, pese a su nombre,
tiene una distribución circunmediterránea, 
está confinado a pocos metros cuadrados
 dispersos por el conjunto del archipiélago






 
 

















     Las lagartijas baleares (Podarcis lilfordi) son otro de los elementos valiosos del Parque Nacional. Existen diez subespecies endémicas y otras tres poblaciones muestran características diferenciales incipientes.













      Ni que decir tiene, que todo lo relativo a las jornadas de anillamiento queda prometido para una segunda entrega... Espero haberos traslado un claro mensaje: Cabrera es un paraíso que ha llegado hasta nuestros días casi intacto y que merece ser protegido y valorado.


"Su aislamiento, su pequeño tamaño, la falta de agua,
su escasa población estable, sus usos militares,
han sido factores desincentivadores de transformaciones urbanísticas y,
 por tanto, paradójicamente, la han preservado."




"Que sea siempre la isla abollada y azul
que desde Colonia Sant Jordi vemos y añoramos cada día."







2 comentarios:

  1. ¡Qué bonitas lagartijas! :-D Muy bonita entrada, claro; das mucha envidia, y por supuesto de la insana... así que, con ánimo no encubierto de tocar las narices, te diré que el Buxus balearica no es endémico de esas islas, sino que aparece (escaso, eso sí) por todo el Mediterráneo occidental. Y te diré también que.... estoy deseando ver la próxima entrada :-)

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  2. Tienes más razón que un Santo!!! Justo acabo de acordarme de las sabias palabras de nuestro anillador que nos contó su experiencia buscando Buxus balearica en Turquía!!! Maldita memoria mía...

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